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"Además de alojamiento, creo que les aportamos tranquilidad y seguridad"

29/09/2022

"Además de alojamiento, creo que les aportamos tranquilidad y seguridad"

Compartimos el testimonio de una familia de acogida, sus reflexiones y vivencias.  ¡Gracias por contarnos la experiencia!

Hola, nos presentamos: somos Kaitin y Pablo y tenemos cinco hijos de 20, 18, 15, 12 y 8 años. Desde el 18 de marzo hemos ampliado temporalmente la familia al acoger a cinco personas procedentes de ucraniana.

La idea de acoger a una familia de Ucrania surgió espontáneamente después de oír diariamente las noticias sobre la barbarie de la guerra. No lo dudamos, teníamos sitio y ganas. El gobierno vasco habilitó una dirección de correo electrónico y nos inscribimos. Tres días después ya estaban aquí.

Ni lo consultamos con los niños porque creíamos que la experiencia iba a ser muy buena para ellos pero cuando se lo dijimos su reacción fue impresionante. El mayor estaba “independizado” en un sótano que hay en el piso de abajo y les cedió el sitio sin dudarlo.  Nos avisaron un sábado que el lunes venía una familia. El domingo a la mañana se empezaron a presentar familiares, amigos y conocidos y entre todos organizamos la limpieza, camas, ropa, comida, etc. La colaboración de la gente ha sido excepcional.  Sin todos nuestros amigos y familiares esto no hubiera sido posible, todo el mundo ha puesto su granito de arena. Lo único bueno de las grandes tragedias es la gente.

A casa vinieron cinco personas:  Valda (51) es la madre de Veronika (27) y Andreii (14).  Viene con su amiga Yulia (51) que ya estando en Bucha se quedó sin casa. Y también ha venido Rehina, la cuñada de Veronika, que tiene 15 años. Veronika tenía un apartamento en Irpin y cuando la situación se complicó se fueron a Bucha a casa de su madre. De allí también tuvieron que huir después de estar 6 días en un sótano sin agua ni electricidad. El día 10 de marzo salieron de Bucha y el 18 llegaron a Getxo. Cuentan que la salida tanto de Bucha como por los corredores verdes fue dramática pero consiguieron llegar a Krakovia y de ahí en bus a España.

Son una familia estupenda. Amables, educados, colaboradores y a pesar de las circunstancias, muy divertidos.  Además, tienen mucha energía y ganas de hacer cosas, de aprender el idioma, hacer turismo… una gozada!!!  Unos días cocinan ellos, otros nosotros, otros hacemos un picoteo...Funcionamos muy bien y muy fluidamente, todos juntos hacemos un gran equipo!!!

Se han adaptado todas sorprendentemente bien. A veces lloran y sufren por la familia que han dejado allí, pero son unas luchadoras y se obligan a reírse y a sobreponerse cada día. Rehina ya se ha apuntado a un equipo de natación sincronizada que era lo que hacía en Ucrania, y ahora va junto con Andrii al colegio de mis hijos. Yuliia y Vlada nos ayudan en casa llevando a los pequeños al colegio, cocinando comida ucraniana riquísima, en definitiva, con todo lo que pueden.

Nosotros estamos felices de verles bien a ellas.  Estamos tranquilos y disfrutando de la experiencia. Esperamos poder hacerles su exilio un poco más dulce.  Además de  alojamiento, que es lo de menos, creo que les aportamos tranquilidad y una seguridad de la que no han disfrutado desde que salieron de su país.  Saben que se pueden quedar todo el tiempo que necesiten y que mientras podamos, no les va a faltar nada material. Evidentemente lo que ellas necesitan es volver con su gente pero mientras, este es su sitio.  Nos sentimos muy afortunados y tenemos tanta suerte en esta vida que no podemos más que contribuir a hacer un poco mejor la de los demás.

Y aunque parezca una frase hecha, sinceramente creo que nosotros salimos ganando con la experiencia. Nuestros hijos son mejores personas después de esto, ¡¡¡sin duda!!!

 

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