Noticias

De aquellos jardines..., estos campos de fútbol

25/11/2022

De aquellos jardines..., estos campos de fútbol

Parece que hasta las causas justas se mueven por modas y populismo.

Desde luego ya sabíamos que es más fácil generar guerras en terceros países que lidiar las batallas en nuestra casa.

Y así estamos, mirando a Catar, país rico y musulmán que celebra un mundial.

Estado de Catar, país que ya el 2 de diciembre de 2010 el Consejo Ejecutivo de la FIFA en Suiza presentó como candidato al Mundial de este año 2022. Posiblemente en 2010 el Estado de Catar, creado en 1971, era rico ya a causa del petróleo y, en ese momento, que las leyes del país discriminasen a las mujeres, tuviese una política restrictiva de las libertades individuales, los derechos laborales o el tratamiento a las minorías no era un hecho significativo o quizá incluso no sucedía, vete a saber.

El caso es que ya en 2010 el Estado de Catar fue elegido sede del Mundial 2022 y, es más, ya antes de este momento el Estado Catarí realizó contactos con la Federación Española de Fútbol, lo que facilitó que las principales esponsorizaciones de clubs como el Real Madrid o F.C. Barcelona se beneficiaran de ello. Pero, en ese momento Catar no era un país homófobo, machista o racista, y sus políticas de contratación a inmigrantes eran ejemplares, vete a saber.

Ahora, de repente, parece que despertamos de un largo sueño y cogemos nuestras banderas y volvemos a las barricadas, a las barricadas de Catar, no a las de las injusticias estructurales con las que convivimos todos los días y nuestros carnets de asociados en el bolsillo.

En un país, y ahora me refiero al español, donde sigue siendo noticia que un jugador o una jugadora se declare homosexual, donde se han realizado auténticos pelotazos urbanísticos alrededor de los terrenos de los clubs de fútbol, donde se han mantenido deudas de estos mismos clubs por encima de cualquier criterio económico razonable, donde los clubs de fútbol han tenido financiaciones públicas a años luz de cualquier otra institución privada, donde han existido subcontratas vergonzosas -por sus condiciones laborales- para la construcción de nuevos estadios, donde las mujeres siguen peleando por sus condiciones laborales… Donde el fútbol en sí mismo, hoy en este país, representa una estructura injusta que nos lo hace pasar bien, a la que le perdonamos casi todo, y a la que estamos dispuestos a avalar con nuestros carnets de socio/a, de los que estamos tremenda orgullosos y orgullosas.

Clubs, por cierto, que están adheridos a la Real Federación Española de Fútbol desde 1913, año en el que esta Federación pasó a formar parte también de la FIFA. Entidad que si recordáis el inicio del artículo es la que nombró a Catar sede del Mundial 2022.

Y todavía pretendemos que en aquellos espacios donde personas diversas se juntan a disfrutar de un partido de fútbol se les de clases de moralidad y ética construida desde nuestra superioridad europea, occidental.

Asumamos nuestras batallas, cojamos las banderas para ir a las fronteras de nuestras miserias e incoherencias y así, quizás, no tengamos que ir a establecer guerras allí donde valoramos que es indeseable que se realicen eventos internacionales y, mucho menos, nos creamos con autoridad moral para “corregir” y aleccionar sobre los modos de disfrutar de los demás.

Asier Arpide Etxano, Director de Proyectos en Pertsonalde

Ver todas las noticias +