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"Azken sarea indartzen": 
Seguir trabajando, para que nadie se quede atrás

16/05/2021

"Azken sarea indartzen": 
Seguir trabajando, para que nadie se quede atrás

El pasado sábado 8 de mayo se celebró un encuentro convocado por la Consejería de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, y en la que nos encontramos 15 entidades del Tercer Sector y representantes del Ayuntamiento de Bilbao para compartir el desarrollo del Programa AZKEN SAREA INDARTZEN, iniciativa en respuesta al impacto provocado por la COVID19 en los procesos de incorporación “Inor Atzean Utzi Gabe” para atender a aquellas personas y familias con falta de recursos, que no pueden acceder a las Ayudas de Emergencia Social ni a la Renta de Garantía de Ingresos porque están fuera del sistema. 

En PERTSONALDE consideramos que este programa es una apuesta que:

  • Responde a la preocupación pública por las necesidades más urgentes y básicas de las personas y familias más vulnerables hoy en nuestra sociedad.
  • Confía en el tercer sector social para canalizar el apoyo, desde la comprensión que son las entidades que acompañan en el día a día, y desde la cercanía, los procesos de incorporación de estas personas que, en muchos casos, todavía no ha llegado a los servicios sociales.

Ayuda a establecer procesos de coordinación y transversalidad entre las propias entidades del tercer sector y también con las administraciones públicas, cohesionando y dando progresión a los procesos de incorporación que se van desarrollando.

Una iniciativa que debe continuar, para seguir apoyando a quienes lo necesitan

‘Azken Sarea Indartzen’ atiende a aquellas personas y familias que se encuentran fuera del Sistema de Protección Social, y esta circunstancia se va a mantener así tras el paso de la COVID19. En Euskadi nos hemos ido dotando de un sistema de protección cada vez más garantista para aquellas personas y familias que se encuentran dentro del mismo. 

Pero a su vez, también se han establecido una serie de filtros que hace que, hoy en día, colectivos muy vulnerables queden fuera (y fuera hace mucho, mucho frío...). Jóvenes entre 18 y 23 años, población migrante, sobre todo cuando se encuentra en situación irregular, irregularidades sobrevenidas, etc. Son parte de nuestra comunidad, personas y familias que han decidido desarrollar sus proyectos vitales aquí, formando un ‘nosotros’, para quienes sin embargo aún no hay desarrollado un plan de acogida con horizonte, y que están excluidos de los sistemas de protección dispuestos.

La reflexión de fondo: quién es ‘nosotros’, y quién no

Esta reflexión es especialmente importante porque de fondo establece quién es parte de nuestra comunidad, y quién no. Quién tiene derecho a los recursos, y quién no. Qué implicaciones tiene el acceso a los mismos y su sostenibilidad. Qué sucede en nuestro entorno (en las comunidades autónomas vecinas y otras) y qué respuestas se están dando. Y sobre todo visibiliza situaciones, realidades y condiciones de vida infrahumanas que no son aceptables, y a las que como sociedad estamos llamados a responder, aun siendo conscientes de su complejidad, promoviendo un sistema de protección más inclusivo o estableciendo programas complementarios al mismo, que sean flexibles, adaptables y vayan más allá de ser una mera tirita o parche.

El papel de los municipios, también de los más pequeños

Otro aspecto positivo de este tipo de programas es la participación de entidades del tercer sector, no solo de capitales de provincia, sino también de municipios más pequeños, de manera que:

  • Se fortalece el tejido asociativo que está ofreciendo acompañamiento y alternativas de incorporación en municipios que están implementando recursos para el cumplimiento de la carta de servicios públicos sociales.
  • Junto a estas entidades, la administración local puede desarrollar procesos de incorporación de más recorrido, garantías y sentido, al implicar en ellos a la propia comunidad.
  • Se genera un sistema mucho más fuerte y descentralizado, ayudando a que las capitales no absorban un número tan grande de personas en situación de riesgo y vulnerabilidad por existir una mayor red de servicios distribuidos en un mayor número de municipios. 
  • Supone reconocer el trabajo y esfuerzo realizado por estos municipios más pequeños, y dotarles de recursos efectivos para no solamente atender la urgencia, sino ofrecer itinerarios. 
  • Contribuye a hacer sostenible la intervención de las personas voluntarias que podrán establecer acompañamiento, vínculo, red social y desarrollar respuestas a partir de dichos recursos, sin verse ante el reto desbordante de intentar hacer frente a las necesidades más imperiosas de vivienda y recursos básicos para vivir, aspectos estos que desbordan sus competencias y responsabilidades como sociedad civil, y para los que de forma puntual y urgente la red funciona y absorbe, pero de forma estructural agota, frustra y genera indefensión.

En definitiva, creemos que este programa ha sido una gran apuesta y que ha aportado un balón de oxígeno en momentos francamente difíciles para los sectores de población más vulnerables, pero que hay que seguir trabajando para consolidar este tipo de respuestas y establecer programas de carácter estructural ante situaciones y dificultades de carácter estructural.

Y todo esto en un momento en el que cada vez necesitamos más una sociedad que no esté pensando en la libertad entendida como el poder hacer lo que me dé la gana (aunque parece ser la idea estrella que triunfa en algunas latitudes), sino en aquella libertad de pensamiento que aporte la capacidad crítica de situarme de forma madura ante las circunstancias que me tocan vivir, sin la necesidad de una administración que me coarte la libertad porque asumo con responsabilidad mi capacidad de influir para bien o para mal en mi entorno, entendiendo que no somos seres aislados, y que posiblemente seamos más felices cuando nos sentimos “parte de”, cuidando y siendo cuidados, queriendo y siendo queridos, acompañando y siendo acompañados.

Asier Arpide Etxano / Pertsonalde

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