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Sobre Getxo y la inseguridad

04/06/2024

Sobre Getxo y la inseguridad

 Duros y tristes sucesos estamos observando en un corto espacio de tiempo en el municipio de Getxo. Tan duros y tristes como son la muerte por asesinato, el robo, el miedo, la inseguridad.

Y, sin embrago, no podemos obviar que quizá sean más tristes, dolorosas y peligrosas las lecturas maliciosas, tendenciosas y faltas a la realidad que ciertas personas y grupos sociales realizan de situaciones tan extremas.

Situaciones que efectivamente se han dado. Son reales, duras, que nos ponen contra el espejo una imagen de nuestra sociedad que no reconocemos. Que no queremos reconocer.

Pero ciertas lecturas ponen estos hechos como algo cotidiano, mayoritario, vinculado a colectivos sociales concretos que quieren estigmatizar, marcar, denostar, apartar. Son miradas perversamente interesadas, faltas de verdad, mal intencionadas, que hacen mucho daño al colectivo al que ponen en su diana, y a la sociedad en su conjunto, porque no les importa si es verdad lo que dicen, no buscan contrastar sus datos, sólo buscan generar el imaginario deseado y suficiente para tener a una mayoría social preocupada, temerosa, y tener un culpable de la situación.

Tenemos el problema: la violencia, los robos y la inseguridad; y tenemos el culpable: la población inmigrada. Y si son jóvenes extranjeros magrebís mejor.

Pues no.

No me vale esta lectura. No es real. Contrasten sus datos. No busquen hacer más daño.

No engañen. No mientan. No dividan.

Los hechos referidos son reales, los conocemos todos. Pero las lecturas faltan a la realidad.

Getxo es un municipio seguro, tranquilo, donde se promueven dinámicas positivas que generan convivencia, relación, encuentro, crecimiento, vida comunitaria y vecinal.

Os invito a venir al topagune Elkar+, veréis experiencias preciosas de este tipo a diario.

No hay más que remitirse a los datos estadísticos que tiene la Ertzaintza y que se pueden comparar con los de otros municipios de similar tamaño.

Decir lo contrario es tendencioso e interesado, busca generar miedo. Y una población amedrentada es más manejable, más proclive a aceptar medidas que coarten su libertad.

Generan dinámicas defensivas, no constructivas. Genera jóvenes inseguros que creen que es necesario salir con una navaja porque la noche es peligrosa, padres y madres que van a buscar a sus hijos e hijas a las tantas de la madrugada… genera dinámicas de inseguridad que se retroalimentan y que, de algo puntual, se acaba construyendo una realidad que sin serlo acaba siendo. Les invito a leer sobre el efecto Pigmalión.

Genera la sensación de que hace falta más control, más policía, más seguridad, cámaras, lo que sea necesario para sentirnos seguros, tranquilos.

Pero, si la lectura no está basada en la realidad, si se distorsionan los datos intencionadamente, quizá nos tengamos que hacer otras preguntas, quizá debamos valorar otras alternativas.

Es verdad, los hechos son reales. Esto ha pasado. Pero ¿tiene que ver con el origen de las personas? O tiene que ver con el miedo, con el rechazo, con la desigualdad, con la falta de esperanza.

Porque entonces las respuestas son otras.

Me viene a la memoria el centro de menores recién abierto en Sopuerta. Unos menores que nadie conocía y ya eran problemáticos. Que la parte de la comunidad más movilizada y radical ya había expresado que no eran queridos.

Es difícil llegar a un sitio donde ya eres un problema, sin siquiera darte la oportunidad de conocerte.

Donde el problema eran los jóvenes que llegaban y nos los recursos que habría que implementar para que su incorporación y la comunidad tuviesen más oportunidades: potenciar el transporte público, generar o mejorar recursos públicos que permitan el desarrollo del tiempo libre, el deporte, el encuentro, promover y potenciar itinerarios formativos en entornos cercanos con opciones de prácticas e incorporación laboral en ámbitos que el entorno demande…

Quizá en Getxo hay que seguir apostando por políticas públicas que generen acogida, que promuevan itinerarios de incorporación, que generen espacios de encuentro y relación, que generen oportunidad, que no segreguen, que no aparten, que no marginen.

Y quizá no haya que hacerlo sólo en Getxo. O en Bilbao. O en Barakaldo.

Quizá sea una propuesta que deba ser multiplicadora entre todos los municipios de Euskadi. Quizá entonces podamos ir construyendo una nueva realidad de acogida. Y no municipios que acaban desbordados y “guetificados”. No por el famoso “efecto llamada”, como se quiere plantear para evitar generar recursos, sino porque las personas buscan oportunidades, buscan camino, buscan poder construir su itinerario que, no olvidemos, construye sociedad.

Cada vez hay más voces en el ámbito de la economía que plantea que necesitamos más personas para poder sostener nuestro sistema de bienestar, y lo hace mirando descaradamente a la migración, de manera claramente utilitarista e interesada.

Bueno, pues quizá sea momento de plantearnos que debemos darnos otras respuestas a diferentes niveles, en lo local seguir apostando por propuesta que promuevan la acogida, el encuentro, la relación. Luchar contra la despoblación del entorno rural, favorecer el acceso a la vivienda, al padrón. Mejorar los servicios, el transporte, potenciar los itinerarios formativos, el acceso al ámbito laboral.

A nivel estatal, sólo mencionar que sigue estando sobre la mesa una ILP que promueve la regularización de un conjunto de personas que tendrían posibilidad de incorporarse ya a un mercado laboral necesitado. Aunque también se podrían dar muchos pasos para mejorar la actual ley de extranjería.

A nivel europeo, pensar en aquella Europa de los valores que una vez fuimos, que envejece cada vez más irrelevante en el panorama mundial, y que quizá en vez de plantearse ser la Europa de la externalización de las fronteras podría empezar a pensarse en la Europa de las oportunidades y de las políticas de cooperación al desarrollo, no de control sino de impacto real.

En último término, pensar que estamos hablando de personas, al final siempre son las personas. Personas que sufren las dificultades y trabas en sus procesos de incorporación por parte del sistema. Personas que sufren las dificultades en la normalización de su vida, de relacionarse, de progresar, por parte de la comunidad. Personas que sólo buscan alguna oportunidad para ellas, para apoyar a sus familias y aportar en la sociedad a la que han llegado, para eso hicieron semejante viaje complejo. Y que, sin embargo, acaban siendo el blanco de las iras de la comunidad manipulada, y de una minoría de los propios compañeros que, fracaso tras fracaso, y no encontrando camino rompen con todo porque no tiene nada que perder.

Generar oportunidad, acompañar, estar al lado, crear lazos nunca será el problema.

Les invito a estar al lado.

 

Asier Arpide Etxano

Director asociación Pertsonalde

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